Los mejores lugares para visitar en su próximo crucero por Bretaña o Normandía en velero:
Esta región de Francia alberga a la vez bellos espacios naturales, ciudades con carácter, hermosas playas y monumentos históricos. Además, el aire fresco y saludable, un estilo de vida suave y la calidez de los habitantes harán que su estancia sea inolvidable. La navegación es especialmente adecuada para visitar Bretaña: casi siempre hay viento. Es un conocido campo de juego para los navegantes, ideal para aprender a navegar o progresar en la práctica de la vela. La Bretaña está repleta de innumerables zonas de crucero, lo que permite a los viajeros descubrir paisajes totalmente nuevos y desorientarse en cada escala.
El archipiélago de Glénan
Esta cadena de islas situada en el Golfo de Vizcaya es un pequeño paraíso. Una docena de islas, agua translúcida, una laguna azul transparente, playas paradisíacas de arena blanca y brillante, naturaleza virgen. Durante un crucero en el Glénan se sentirá casi como en el Caribe.
El Golfo de Morbihan
Con sus numerosas islas e islotes, su microclima que calienta el mar y su suave modo de vida, el golfo de Morbihan ofrece paisajes sublimes para descubrir a vela. Apreciarás su patrimonio natural y cultural.
Belle-île
Ningún otro lugar lleva mejor su nombre que Belle-île. En efecto, la mayor de las islas bretonas no le dejará indiferente. Esta isla paradisíaca ha sabido mantener su autenticidad. Al oeste, no se pierda el pequeño pueblo de Sauzon, sus encantadoras casas con fachadas de colores, así como el pintoresco faro a la entrada del puerto.
La isla de Bréhat
Tranquila y colorida, la isla de Bréhat es también conocida como la isla de las flores. Su microclima ha permitido que hortensias, higueras y eucaliptos adornen sus valles. Aquí se han desterrado los coches para dar a su patrimonio todas las oportunidades de expresarse, por lo que es el lugar perfecto para un paseo por tierra.
Poumanac'h
Sercq es una isla fuera del tiempo. Aquí no hay coches, sino bicicletas y carros de caballos que le harán descubrir paisajes inolvidables en los pequeños senderos bordeados de bajos muros de piedra y flores silvestres que atraviesan la isla. Pequeñas bahías, acantilados y calas... El excepcional litoral de este archipiélago es una invitación a descubrir una naturaleza preservada.
Saint-Malo
Saint-Malo debe su majestuosa silueta a las gruesas murallas de granito que la protegen desde el siglo XII. Intra-muros, las animadas calles empedradas están llenas de buenos restaurantes. Las altas mansiones, reconstruidas tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, hacen olvidar el mundo fuera de las murallas de la ciudad corsaria.
